Armando Ortiz, tras ocho años en el Real Murcia, emprende nuevo camino en La Unión, reclutado por José Miguel Campos.
GREGORIO LEÓN
Ocho años de grana. Con su imagen levantando el trofeo de la Copa Federación sirviendo de fondo de pantalla para muchos aficionados del Real Murcia, en uno de los pocos momentos de felicidad colectiva entre tantas desdichas y tribulaciones que ha dejado la última década. Y Armando Ortiz, ya fuera del césped de Nueva Condomina en el que se sentía como caminando por el salón de su casa, regresa a la Región. Cambió el grana por el amarillo del Orihuela. Y luego lo reclutó el Cornellà. Ahora regresa a la Región, reclamado por La Unión. Tenía propuestas de la Primera RFEF, pero José Miguel Campos lo ha convencido para que refuerce el centro del campo del equipo unionense. Ya lo tuvo con él en La Hoya Lorca.
Rebobinando la cinta, tras casi una década de prestar sus servicios a la causa murcianista, Armando se queda con el partido ante el filial del Valencia en Mestalla como el gran momento de su carrera, aunque no pudiera culminar con el ascenso del equipo de Nueva Condomina.
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