Belmonte sigue empeñado en sacar adelante la venta del club a un fondo de inversión europeo; Jiménez Bosque, con su Jimbee elevado a mejor equipo de España, a la expectativa.
GREGORIO LEÓN
No hay apresuramiento ni carreras en Duino Inversiones, la empresa propietaria del Cartagena, con el paquete accionarial mayoritario en manos de Fernando Carreño (ochenta y cinco por ciento, con el quince restante de capital suscrito por Francisco Belmonte). Duino prefiere aguardar la llegada de un comprador que colme sus expectativas económicas antes de transmitir el club por una cantidad inferior a sus previsiones.
En una operación dirigida directamente por el presidente de la entidad, Duino llegó a firmar contrato de compra-venta el pasado 10 de enero con un fondo de inversión que tiene clubes en Italia y Bélgica y que representa un abogado bilbaíno. Once millones y medio de euros. Y nueve, en caso de pérdida de la categoría. La cantidad satisfacía. E incluso se habló en una de las reuniones de una presentación formal del nuevo proyecto, antes del partido contra el Oviedo. Pero faltaba el paso más importante: la aportación, en concepto de señal confirmatoria, de dos millones y medio de euros. Pasó el lunes. Y llegó el martes día catorce. A las doce de la noche expiró legalmente el plazo, sin que apareciera cantidad alguna. Incluso una interpretación extensiva de una cláusula del contrato estiraba un día más el plazo para la aportación del pago inicial. Pero tampoco apareció el dinero el miércoles día quince. Aun así, Belmonte, imbuido de un optimismo que va en contra de la evidencia de los hechos, sigue empeñado en darle crédito a este fondo de inversión. Es el comprador que ha buscado él, y pretende presentarlo como un nuevo éxito de su gestión. Y a este fondo se aferra, hoy todavía.
La opción Miguel Ángel Jiménez Bosque
La realidad se impone. El contrato firmado con el fondo de inversión ha quedado en papel mojado, incumplidos los plazos pactados entre la parte compradora y la vendedora. Y eso devuelve a la primera línea a Miguel Ángel JIménez Bosque. Con las relaciones entre él y Belmonte totalmente restauradas, un acuerdo que hace un mes parecía quimérico, ahora adquiere cualidades materiales, se ve factible. Jimbee ha planteado comprar un trozo del Cartagena, pero no todo. Tener la mayoría de acciones, pero con la participación de otros accionistas hasta completar el 100 por 100 del capital de la sociedad. Eso permitiría que Duino (con Belmonte dentro) tuviera un buen puñado de títulos del Cartagena. Jiménez Bosque se mueve por un principio de prudencia presupuestaria. No está dispuesto a llegar a los once millones y medio ofertados por el fondo de inversión, y menos con el equipo a diez puntos de la salvación. Su propuesta no se ha movido: ocho millones máximo. Pero Duino no la acepta, bajo el argumento de que esa cifra es justo la aportada por la empresa administrada por Fernando Carreño desde que empezó a inyectar dinero en el Cartagena. Y, añaden fuentes de Duino Inversiones a Onda Regional, "para vender por ocho millones seguimos con el club, y si bajara, lo intentamos subir en un año de nuevo a Segunda". Enrocado vendedor y comprador, la operación 'desembarco Jimbee' ha quedado varada.
Belmonte seguiría
Para el supuesto de que Jimbee se hiciera con la propiedad del Cartagena, Francisco Belmonte continuaría dentro de la estructura orgánica del club. Jiménez Bosque contaría con él. Quedarían por determinar las funciones asignadas, pero no serían meramente representativas, con un cargo vaciado de contenido. Una de sus posibles ubicaciones sería la de director deportivo, que a efectos prácticos ya desempeña en el esquema de funcionamiento actual. Aunque Manuel Sánchez Breis tiene adjudicado nominalmente ese cargo, por encima de él, en la adopción de cualquier decisión deportiva, siempre ha aparecido la figura totémica de Belmonte.
Miguel Ángel Jiménez Bosque, muy tranquilo
Y aunque el dueño de Jimbee sigue con atención cualquier noticia, avance o retroceso, no pierde el foco. La compra-venta del Cartagena es hoy hipotética. Y consagra toda su energía para seguir llenando las vitrinas del equipo de fútbol sala, convertido en ejemplo paradigmático de gestión. El club que preside ya tiene dos títulos (Liga y Supercopa), con otra Supercopa en el palmarés tras fundir también al Betis en la final y coronarse como mejor equipo de España, se apresta a jugar la Final Four, con opciones sólidas de ganar la Champions, está a paso de otra final a cuatro, la de la Copa del Rey, y aparece como candidato cualificado para ganar la Liga. Eso representa hoy Jimbee. Un proyecto de éxito. El que demandan los aficionados del Cartagena, mayoritariamente inclinados a que Jiménez Bosque tome el control del equipo de fútbol de la ciudad. Si se hiciera una votación, ganaría por goleada.
La última palabra la tiene Duino Inversiones, que no entiende de encuestas ni votaciones. Once millones pide. Y de ahí no se mueve.