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S-81: El camino del primer submarino 100% español

Navantia entrega este jueves el primero de los submarinos S-81 a la Armada Española después de la aprobación del proyecto en el año 2004. Conoce el recorrido de este proyecto desde su aprobación en 2004 hasta hoy

AGENCIAS
30 NOV 2023 - 10:01
S-81: El camino del primer submarino cien por cien español
Submmarino S-81 Isaac Peral. NAVANTIA

EFE / TERESA DÍAZ

La empresa pública española Navantia hará entrega, este jueves, del submarino S-81 Isaac Peral a la Armada. Se trata de la primera entrega de una serie de cuatro submarinos con diseño y fabricación españolas. Esta transferencia llega tras más de 20 años de retraso, y ha tenido un camino complicado con muchas luces y sombras.

En la década de los 90 fue cuando se forjó la idea del programa S-80, pero hasta 2004 no se llegó a firmar la orden de ejecución que contaba con cuatro submarinos por un valor cercano a los 2.300 millones de euros. De los cuatro que debían desarrollarse, el primero debía estar a flote en 2011 y dos años más tarde en manos de la Armada. 

En 2005 se iniciaron los trabajos en el astillero que Navantia tiene en Cartagena (Murcia). Era la primera vez que España se embarcaba en solitario en el diseño y construcción de un submarino.


El peso, punta del iceberg de los contratiempos

El primero de los problemas surgió en el año 2012 por el exceso de peso del submarino. Según algunas fuentes, el problema fue no seguir un modelo de ingeniería de sistemas adecuado para este proyecto. 

El modelo elegido era válido para buques de superficie en los que España es una potencia mundial, pero no para sumergibles, que están más cerca de la tecnología aeroespacial. "Lo más parecido a un submarino es un cohete", explican las fuentes.

 

"En un tris de ser cancelado"

Tras esta problemática, Navantia y la Armada se ponen de acuerdo para recurrir a la empresa estadounidense Electric Boat y a la Marina de Estados Unidos para ayudar en el desarrollo de este programa. 

Ingenieros españoles se desplazan a ese país y se dan cuenta de que no basta con que los norteamericanos resuelvan sus dudas, sino que para lograr la "soberanía técnica" necesaria para seguir con un proyecto de esa complejidad tecnológica hay que "estudiar y tecnificarse".

Finalmente se elige un modelo de ingeniería de sistemas de la NASA que se adapta al proyecto español. Y se empieza a desarrollar desde cero.

En enero de 2013 el programa pasa a denominarse S-80 plus. Tres años después se realiza una revisión del diseño y se demuestra que es viable.

El proyecto estuvo "en un tris de ser cancelado" por los sucesivos secretarios de Estado de Defensa, si bien el tesón de los ingenieros tanto de la Armada como de Navantia lograron que siguiera adelante, según las fuentes consultadas.

Así, en julio de 2018, con la llegada de Margarita Robles al Ministerio de Defensa, se aprueba elevar el techo de gasto en más de 1.700 millones de euros.

 

El sistema AIP, una de las grandes innovaciones que no llegó a tiempo

Los retrasos también afectaron a una de las innovaciones "más extraordinarias" de los S-80, el llamado sistema AIP.

Los submarinos convencionales no nucleares deben subir a una profundidad que se denomina 'snorkel' para recargar sus baterías. Lo hacen a través de unos periscopios que cogen el aire con el que arrancan los generadores, una operación que se realiza una vez al día y que les hace más vulnerables a la detección.

Con el AIP se pueden recargar las baterías en inmersión con una pila de combustible, que emplea hidrógeno producido mediante procesado de bioetanol y oxígeno para generar energía eléctrica. De esta forma permite dotar al barco de una autonomía de navegación de hasta tres semanas sin salir a superficie.

Este sistema "no llegó a tiempo", según reconocen las fuentes. Por ello, ni el S-81, ni el S-82 (Narciso Monturiol) dispondrán, de momento de él. Sí el S-83 (Cosme García) y el S-84 (Mateo García de los Reyes).

En la primera gran carena (mantenimiento programado) al que se someterá al Isaac Peral dentro de 6 años, en la que será desmontado en su totalidad en un proceso que dura aproximadamente 12 meses, se le instalará el AIP.

Lo mismo se hará con el S-82, cuya puesta a flote se prevé el próximo año para entregarlo a la Armada en 2026. Dos años después podría recibir el S-83 y en 2029 el S-84.

 

Crucero de resistencia a partir del verano

Una vez entregado, el Isaac Peral se someterá a un estricto calendario de pruebas por parte de la Armada que culminarán en verano con una evaluación operativa.

Se verificará qué requisitos del Estado Mayor, tales como si puede disparar un determinado misil o que su nivel de discreción es el adecuado, se cumplen.

Está previsto que en verano el buque inicie lo que se denomina "un crucero de resistencia", durante el cual, se le va a exigir, pero a la vez realizará una labor comercial "exhibiéndose" por distintos países para que puedan conocerlo 'in situ'.

 

Autonomía, discreción, automatización y máxima seguridad

Con una eslora de 80,8 metros (10 más de los que figuraban en el proyecto inicial), un diámetro de 7,3 y un desplazamiento de casi 3.000 toneladas, el S-81 tiene capacidades únicas entre los submarinos no nucleares de la OTAN, según Navantia.

La autonomía, la discreción, la automatización y su altísimo nivel de seguridad son las principales características que le distinguen de sus antecesores.

También sus sistemas de armas le hacen especial, ya que puede disparar misiles tanto para destruir buques como para ataques a tierra. Podría incluso lanzar el Tomahawk, un misil de crucero de largo alcance, subsónico, de origen norteamericano, aunque España no dispone de ninguna unidad.

Está capacitado para misiones antisuperficie, antisubmarinas, operaciones a diversas profundidades, especiales y de evacuación de personal civil, recopilación de inteligencia o disuasión.

Por su alto nivel de automatización puede operar con una dotación de solo 32 personas, la mitad de la tripulación de otros submarinos.

 

Selecto club de países que diseñan submarinos

Con este proyecto España ha entrado a formar parte del club selecto de una decena de países con capacidad para diseñar submarinos (Estados Unidos, Rusia, China, Japón, Corea, Francia, Inglaterra, Alemania y Suecia).

Además, ofrece la posibilidad a Navantia de exportar. Ya hay países que han mostrado su interés como Turquía, Canadá, Polonia o la India, pero no es previsible que quieran adquirirlo hasta que no entre definitivamente en servicio, precisan las fuentes. 

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